A principios de este año YSL ha lanzado su nueva fragancia a modo de actualización de Black Opium lanzado en el 2015.
Con una combinación exótica, el perfume me ha envuelto totalmente. No sé si a ustedes cómo a mi les pasa que, al probar una fragancia y sentir el olor floral muy intenso, les da una sensación de mareos etc. Pues con esta fragancia ese era mi temor.
Resulta, que al probarlo me di cuenta lo sutil que olía cada ingrediente, la mezcla de todos es perfecta, y no es un tipo de combinación que te podrías imaginar.
La fragancia está compuesta por olores a café y flores blancas y toques de vainilla, lo cual explica demasiado el por qué la amé tanto. Estos dos aromas en conjunto dan un olor muy dulce y que captura a quien lo huele.
Siempre he tenido dilemas con los perfumes, resulta que mi Ph es muy ácido y hay muchas fragancias que cambian su aroma al tener contacto con mi piel. Pero esta en particular me funcionó perfecto, su aroma se conservó perfectamente, y con un poco que me puse quedé muy bien cubierta.
La duración me pareció súper bien, lo apliqué por la mañana y ya hasta por la tarde al volver a casa quedaba un leve olor. En la ropa incluso el olor queda impregnado, así que te da la confianza de que vas a tener un aroma delicioso por mucho tiempo.
El envase es tan brillante como su olor, cosa que me encanta, los brillos quedan perfectos en todo!
Mira las fotografías que tomé
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