La amarga verdad respecto al Azúcar

Debemos reconocer que lo dulce es extremadamente atractivo y al mismo tiempo adictivo, todos somos o hemos caído presa de sus encantos. Sin embargo la mayoría de nosotros sabemos que el azúcar aparece constantemente en la lista de cómplices de cuanta enfermedad está hoy presente en nuestra sociedad.

¿No sería maravilloso obtener la dulzura necesaria sin comprometer la salud? Es por esto que escribo este artículo, para compartir con ustedes lo que he aprendido en mis estudios de nutrición aquí en Estados Unidos.

Lo mejor es comenzar por retratara algunos hechos respecto al azúcar a fin de que a través del entendimiento nos podamos alejar naturalmente de sus garras.

A parte de contribuir a la obesidad, diabetes y decadencia dental (como si esto fuera poco..), los peligros del azúcar blanca refinada y del Jarabe de Maíz de Alta Fructosa están repartidos ampliamente en los alimentos procesados. Abundan hoy en día los libros y artículos que describen los peligros derivados del consumo del azúcar. La relación entre el azúcar y enfermedades serias ha sido publicada en la literatura científica por mucho tiempo.

El azúcar se conoce así por contribuir a enfermedades desde los años 1900s. En 1930 se otorgó el premio Nobel a Otto Warburg por descubrir la conexión entre el azúcar y el cáncer. El cáncer es más serio que la obesidad y las caries dentales, sin embargo tal conexión no se menciona casi nunca al público.

En 1950 el trabajo del Dr. William Coda Martin relacionó fuertemente el azúcar a serias enfermedades, he aquí un extracto:

«El azúcar refinada es letal cuando es ingerida por humanos puesto que provee únicamente aquello que los nutricionistas describen como ‘calorías desnudas’ o ‘vacías’. No contiene ninguno de los minerales naturales que se encuentran presentes en el azúcar de betarraga o de caña. Adicionalmente el azúcar es peor que la nada misma porque estruja y elimina del cuerpo preciadas vitaminas y minerales a través del duro proceso en que pone al cuerpo su digestión, desintoxicación y eliminación

Según estudios de la “American Heart Association” (Asociación Americana del Corazón) en el 2002, se sugiere que una alimentación con alto contenido de azúcar contribuye al riesgo de enfermedades cardiacas, a reducir el colesterol bueno (HDL), a aumentar el colesterol malo (LDL) y elevar el nivel de triglicéridos (ácidos grasos). El azúcar puede también perturbar la estructura del ADN, causar hiperactividad, ansiedad, dificultar la concentración, generar mal humor en niños, debilitar la vista, contribuir al eczema, interferir con la absorción de proteína, disminuir la actividad de las células T: lo cual contribuye a la reducción en las defensas ante infecciones bacterianas y la osteoporosis.

Estas son solo «algunas» buenas razones para reducir o eliminar el azúcar de tu rutina alimenticia. Sin embargo hay muchas más, la Dra. Nancy Appleton PhD hizo una lista de 146 razones en las que el azúcar arruina la salud en su libro «Lick Your Sugar Habit«. Y el Dr. Scott Olson ND publica en su libro «Sugarettes» que el azúcar es responsable por más muertes que los cigarrillos mismos, y que sería aún más adictiva.

Y a pesar de toda la evidencia en su contra, el azúcar continúa siendo a lo lejos uno de los alimentos más populares del mundo. ¿Por qué? porque es adictiva y porque nos gusta su sabor. Desafortunadamente el azúcar y la fructosa, el jarabe de maíz y todos sus parientes y todos los productos terminados en «-osa» (como sucralosa, dextrosa, glucosa, fructosa y levulosa) contienen en su mayoría cero valor nutricional y aquellas que algo contienen, es mejor minimizar su consumo o evitarlas por completo.

Personalmente trato de evitar por completo el azúcar y todo aquello mencionado anteriormente, pero ¿cuales son las alternativas?

En muchos casos las alternativas que ofrece el mercado son igualmente dañinas para la salud, es por eso que es necesario aprender a leer las etiquetas de los productos que consumimos en vez de simplemente confiar en el colorido exterior del producto que dice «Diet» o «Cero Grasas trans» o «Sin Azúcar» o «Cero calorías». A continuación una lista de las alternativas que se encuentran en productos «sin azúcar»:

  • «Jarabe de Maíz de Alta Fructosa (JMAF)»
    Presente en la gran mayoría de productos dulces empaquetados y bebidas, comenzó a ser comercializado en los años 70’s y en menos de 20 años se tomó el mercado mundial.  Es más dulce y más económico que el azúcar lo cual explica su popularidad. En la superficie: tiene el mismo número de calorías que el azúcar, ambos son carbohidrato puro y ambos están virtualmente vacíos en cuanto a nutrientes y minerales, por esta razón uno debería evitarlo. La pregunta principal sobre la mesa es si no es que el JMAF es PEOR que el azúcar misma para el consumo humano debido a estudios contradictorios que comparan la fructosa del JMAF con aquella que se encuentra en la fruta, sin embargo son diferentes; la fructosa en fruta es Fructosa-L o Levulosa, mientras que la fructosa de JMAF es Fructosa-D  (eso sin considerar la razón de diferencia más obvia: la fructosa en la fruta viene cubierta de fibra, ácidos grasos esenciales, vitaminas y minerales). En una publicación del “Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism” (Periódico Clínico de Endocrinología y Metabolismo) se reportan estudios donde gente con obesidad que bebió líquidos endulzados con fructosa junto a las comidas presentaron niveles de triglicéridos 200% más altos que aquellos individuos que bebieron líquidos endulzados con sucralosa. Triglicéridos altos pueden traducirse en aumento en la resistencia a la insulina, inflamación y enfermedades cardiacas.
  • «Acesulfamo de potasio» – Comercializado como «Sunette» o «Sweet One»
    También conocido como «Acesulfamo K«, ha sido usado en bebidas desde 1998, en pasteles, goma y gelatina antes de eso. Fue aprobado por la «Food and Drug Administration» a pesar de estudios de baja calidad que no lograron establecer su  seguridad para consumo humano pues estudios (del CSPI) sugieren que causa Cáncer en animales. A menos que salgan nuevos estudios que comprueben que es seguro consumirlo: es mejor mantener la distancia.
  • «Néctar de Agave»
    Luce muy similar al jarabe o miel de maple, pero tiene un Índice de Glucosa (IG) muy bajo (10-19 en una escala de 0 a 100) con lo cual se ganó la confianza de muchos. Sin embargo la Fructosa refinada en el néctar de agave es mucho más concentrada que el Jarabe de Maíz de Alta Fructosa (JMAF). En comparación, el JMAF en las bebidas es 55% fructosa, mientras que el néctar de agave contiene al menos 70% de fructosa. Este alto nivel puede ser causa de la alta eliminación de minerales en el cuerpo, inflamación del hígado, endurecimiento de las arterias (riesgo cardiovascular) e incluso resistencia a la insulina lo cual genera Diabetes, presión alta, enfermedades cardiovasculares y obesidad.
  • «Aspartamo» – Comercializad como «Nutrasweet» y «Equal»
    Según algunos médicos, no hay suficiente evidencia de su peligrosidad, a pesar de que muchas personas han reportado síntomas neurológicos como dolores de cabeza cuando lo consumen. Otros médicos reportan que se le ha implicado en enfermedades neurológicas como enfermedad autoinmune, cáncer, enfermedades del sueño y migrañas. Quien crea sentirse afectado debería evitar el Aspartamo. La mayoría de los estudios clave para su aprobación en consumo humano fueron auspiciados por la misma industria que lo produce. La California’s Office of Environmental Health Hazard Assessment« (Oficina de detección de Riesgos a la Salud Ambiental de California) ha recomendado y solicitado estudios adicionales.
  • «Sacarina» – Comercializada como «Sacarina» o «Sweet ’N Low»
    Se debe evitar a todo costo este producto. El gobierno de los EE.UU en el año 2000 lo sacó de la lista de productos cancerígenos (que producen cáncer) en medio de un gran debate entre los científicos involucrados en su evaluación y las presiones de la industria productora con sus académicos consultores. El único comité con expertos externos a la polémica (y al negocio involucrado) votaron 4 a 3 a favor de seguir considerando a la sacarina como cancerígena.
  • «Splenda» – Comercializada con el mismo nombre
    Splenda es un nombre de marca dado a lo que conocemos como sucralosa, un químico sintético hecho al mezclar caña de azúcar con cloro. Se usa en bebidas de dieta, productos horneados, pasteles, crema y helado. Se ofrece también en restaurantes en un paquete amarillo y es usado ampliamente en el mundo entero. No tiene calorías, las personas que sufren de Diabetes lo pueden usar porque no eleva los niveles de azúcar en la sangre. Según estudios (por la Dra. Suzanne Havala Hobbs) es seguro usarlo hasta donde sabemos. Otros doctores (como la Dra. Ritamarie Loscalzo) reportan que ha sido implicado en enfermedades neurológicas, enfermedad autoinmune, cáncer, enfermedades del sueño y migrañas.

Muchas veces nos vamos por el lado dulce al elegir un snack para compensar la falta de dulzura en otros aspectos de la vida, otras veces simplemente para disfrutar de su sabor, cualquiera sea el caso: todas merecemos algo de dulzura, por lo tanto asegurémonos de obtenerla, ya sea de relaciones especiales con gente querida en nuestra vida o disfrutando una rica ensalada de frutas como una opción dulce y sana.

Fuentes:

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