La primavera es una época maravillosa porque nos anticipa el esperado verano, pero a la vez, es bastante compleja. Las alergias, la inestabilidad del clima y los rollitos que afloran en este tiempo, han obligado a más de alguien a llamarla Maldita Primavera.
Lo más terrible de la llegada de la primavera, es cuando notamos los estragos que dejó el Sr. Invierno en nuestro cuerpo. Es aquí cuando tomamos conciencia de cuanta basura comimos, sin preocuparnos que algún día veríamos el sol.
Si por causa del invierno aumentaste de peso, es este el momento indicado para entrar a picar, pero siempre de manera responsable. En caso de que el alza haya sido muy notoria, lo mejor es ir al nutricionista. En cambio, si subiste unos pocos kilitos, puedes combatirlos mejorando tus hábitos diarios:
No debes saltarte las comidas, tu cerebro exigirá el doble para saciar el hambre voraz.
Come cada 4 horas; entre las comidas, ingiere pequeñas colaciones como yogurt, frutos secos (en baja cantidad, dado su alto aporte calórico) frutas de la estación, jugos naturales sin azúcar, etc.
Incluye los granos y cereales en la dieta, al desayuno no olvides agregar algún cereal poco refinado a la leche o yogurt (que deben ser bajos en grasa). Los cereales cubiertos de azúcar y chocolate NO SIRVEN, terminarán en tus muslos y trasero…
Bebe agua antes de ingerir las comidas, dará una sensación de saciedad anticipada. Lleva tu botellita de agua a todos lados y trata de ingerir unos 2 litros de agua diarios. El agua, es ideal para depurar y realizar todas las funciones básicas del organismo. De pasada, te aseguras tener una piel hidratada.
Cuida las porciones de alimentos, puedes comer de todo (aprovecha incrementar el consumo de frutas y verduras de la estación para acompañar tus comidas) pero en cantidades reducidas. Aumentando la masticación, activarás los receptores de saciedad que se ubican en el hipotálamo. La regla de oro que aprendí en Dr Oz dice que en tu plato, debe haber un margen de 2 cm hacia los lados, y la altura del plato, no debe superar los 2 cm hacia arriba. En mi casa, les ha costado entender esta regla que llevo aplicando hace años. La más porfiada es mi abuela, y de verdad que poco me interesa si se siente porque no me comí todo, o le quito comida al plato si me sirve demasiado…me carga cuando me dicen “no, si se lo va a comer igual no más”. Es importantísimo que tú pongas los límites de lo que comes y cuando lo comes y seas capaz de manejar la presión social que ronda la comida.
Todas las modificaciones en tu alimentación, deben ser complementadas con ejercicio físico de mediana a alta intensidad. 3 veces a la semana, por sobre 45 minutos como mínimo. Infórmate en tu municipio, centro de estudio o en tu trabajo, si existen convenios o actividades extraprogramáticas. En los municipios hay talleres gratuitos para realizar actividad física. La falta de lucas no es una excusa para no hacer nada. En Santiago, tenemos el cerro San Cristóbal, donde perfectamente puedes realizar caminatas. En algunas plazas hay maquinas para hacer ejercicio, las del Parque Bustamante y las del Parque Pedro de Valdivia norte, están buenísimas para entrenar un rato. En compañía de una amiga, tu botella de agua y buena música estas a tiempo para prepararte para el verano.