Infieles tiemblan y los abogados de divorcio se afilan los colmillos por la gran demanda que se les viene encima con el hackeo a Ashley Madison.
Ashley Madison es el nombre de un sitio web donde se le invita a los cibernautas casados a ser infieles, a conectarse con otros miembros casados que tengan fantasías similares; todo mientras el sitio mantiene su identidad e información protegida. Es un sitio hecho para gente casada que busca “algo de acción” fuera del matrimonio. El eslogan de la página de inicio es “La vida es corta, ten un romance”. Y este año ha hecho noticia al haber sido invadido digitalmente por un grupo de Hackers quienes, luego acceder a los datos de los miembros, demandó que el sitio Ashley Madison fuera cerrado de forma definitiva, de lo contrario harían pública toda la información privada que éste contiene, desde nombre completo y tarjetas de crédito, hasta fantasías sexuales y preferencias de sus miembros.
Como era de esperarse Ashley Madison no sucumbió a las demandas y por lo tanto esta semana los hackers lanzaron al ciberespacio los datos de 32 millones de usuarios. Los 9.7 GB de datos contienen un amplio rango de información desde el 2007 hasta ahora. Otros usuarios tomaron la información y la colocaron en un formato que hace más fácil la identificación al poder buscar por correo electrónico o nombre y en las últimas horas ha sido una locura entrar al sitio, y no es difícil entender por qué. Todos los casados y aquellos ya separados o divorciados que se quedaron con sospechas no han esperado para conectarse a buscar el nombre de su esposa, marido o ex.
Y aunque es posible asumir que puede haber usuarios más ‘vivarachos‘ que hayan entregado información falsa, no puedo dejar de preguntarme en qué estaban pensando todos aquellos idiotas que se suscribieron usando la dirección de correo electrónico de su trabajo…y si no me creen, pues hay alrededor de 15,000 correos con la extensión “.gov” por entidades de gobierno y “.mil” por entidades militares. Muchos más también del sector privado con nombres de empresas fáciles de reconocer.
Y dentro de todo, Ashley Madison enfrenta centenar de demandas por parte de los usuarios que “confiaron” en el sitio (que ironía…) que mantendría las identidades protegidas. Y peor aún, aparentemente el sitio cobraba un recargo especial para usuarios que querían desactivar sus cuentas y “borrarse” por completo de la base de datos, pues sus identidades han aparecido al igual que las de los miembros activos, por lo tanto estos usuarios demandan compensación al haber sido “engañados” (más ironía aún…) ya que sus datos no fueron borrados por completo luego de pagar por ese servicio.
No sé ustedes, pero a mí me dan cero pena los 32 millones de infieles alrededor del mundo cuya “confianza ha sido traicionada” por Ashley Madison. ¡Ja!