Uno de los grandes directores del cine norteamericano es Martin Scorsese, quien con una filmografía bastante amplia siempre se ha ligado a historias oscuras y adultas. Su nueva película toca una tecla inesperada para todos, el cine infantil.
Basada en la novela The Invention of Hugo Cabret de Brian Selznick, cuenta la historia de un pequeño huérfano que vive solo tras las paredes de una estación de trenes en el Paris de los años 30. Él se dedica a reparar los relojes del lugar sin que nadie lo sepa, además de recolectar todas las piezas posibles para reparar una especie de robot que su padre dejó antes de morir. Esta será la pieza clave que conectará a Hugo con una aventura inesperada.
Martin Scorsese, después de mostrarnos a ladrones, gansters y cuanto policía corrupto pudo con sus películas, esta vez nos invita a soñar y a sentir magia. No piensen que esta historia es al estilo Harry Potter (con la que han querido comparar). Aquí no hay escobas ni brujería, aquí hay cine, lo que es mas que suficiente para hacernos creer. Hugo es una declaración de amor por la magia del cine, por ese encantador momento en que entras a una pieza oscura llena de desconocidos con los que compartes ese momento de sueño colectivo. Cuando la realidad desaparece y te entregas a la pantalla. Scorsese ama el cine y se nota, todo aquí transpira cariño y afecto por su oficio, contándonos una bella historia de niños para grandes.
Punto aparte es el uso del 3D, del que me declaraba absolutamente decepcionado hasta ver esta maravilla. Aquí no sentirás que una bomba cae en tus piernas, pero si que estás dentro de la estación, que todo lo puedes tocar y que Paris es la ciudad más bella y mágica del mundo.
Trailer:
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