Jean-Marc Côté, por allá en el 1899, plasmó su imaginario futurista junto a otros artistas, en una serie de ilustraciones que venían en las cajetillas de cigarros mostrando cómo sería la vida el año 2000.
Nos parece fascinante cómo elaboró tantas actividades cotidianas, mecanizadas al más puro estilo retrofuturista, muchas de ellas no escapan a la realidad que vivimos hoy, como las videollamadas, accesorios de limpieza, etc. Lo único que espero es que la ciencia logre la idea de Côte, jugar bajo el agua…
He aquí algunas imágenes (todas perteneces a Wikimedia Commons):
(vía: publicdomainreview.org)