Por Ángela… Díaz Camus@AngelaDiazcamus
“My So-Called Life” o “El mundo de Ángela” se emitió a mediados de los años 90 por el canal ABC en Estados Unidos y por la Red acá en Chile.
Yo no me la perdía porque encontraba que era súper freak que hubiera una serie con mi nombre y porque la serie era súper distinta a todo lo que daban en la tele.
En los 90 las series siempre terminaban con una imagen de la familia abrazada junto al televisor aprendiendo una lección y está era definitivamente todo lo contrario. La Ángela era terriblemente rebelde, se teñía el pelo rojo furioso, andaba paseando toda DESPREOCUPADA con un amigo Bi-curious que se delineaba los ojos y tenía los más feroces y profundos monólogos internos.
Qué la verdad sea dicha, por años dije que mi look adolescente era puro estilo grunge y hoy revisitando la serie me doy cuenta de que era una vil copia de las tenidas de Ángela y Jordan Catalano, compradas en el persa de Valpo (en esa época no habían malls #humillada) pero igual con todo el estilo y el cuerito en el cuello.
Lo más bacán de la Ángela era que ella no era la típica niña linda y tampoco le interesaba serlo, con himnos melancólicos de fondo, cortesía de los Smashing Pumpkins y REM, nos introducía semana a semana en la vida de una outsiders que busca su identidad, se aleja de sus padres, se revela contra todo y se enamora de un Bad Boy.
Apuesto 3 millones de pepitas de oro y palomitas blancas, a que ahorita mismo se están acordando del chiquillo que hacía el papel de Jordan Catalano. Un extremadamente jovencito Jared Leto, años luz antes de los 30 segundos a Marte y del Requiem para un sueño. Cómo olvidar su chaqueta de chiporro, sus cigarros Marlboro y que su única gracia era apoyarse en los casilleros y verse lindo con la mirada perdida en el horizonte lejano e infinito.
Jordan Catalano en actitud soy tan cool que no me cambio la ropa y te miro con cara intrigante
El círculo de Ángela se completaba con su amiga: “sácate una tenida cuática Rayanne” y con el “Latin Queer Rickie Vásquez”, quien es preciso decir fue definitivamente el primer personaje gay en las series adolescentes, mucho antes que Jack McPhee y que el resto de los igualados post Dawson’s Creek.
La Rayanne me encantaba porque era toda chora y divertida, siempre llegaba la casa de Ángela a comérselo todo, hablando fuerte, mascando chicle y tratando a los adultos por su nombre de pila. El Rickie era entero estiloso, totalmente adelantado a su época, mención especial al momento en que explica que se pinta los ojos porque leyó que los egipcios espantaban así a los demonios.
Otro que me caía bien era Brian Krakow, al que años después vimos en Felicity como “The Pink Boy”, el típico ñono, best friend, enfermo de tierno, que todas las niñas tienen en su grupo de amigos y al cual no le harían “el favor” aunque sus vidas dependieran de ello.
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La lista la cierra Danielle, la hermana chica de Ángela, igualita a la Flo de Grande Pá, siempre tratando de llamar la atención y diciendo frases inadecuadas que nadie escucha. Mi momento favorito de la pendex es cuando se para de cabeza en medio de una discusión familiar y nadie la pesca #pendejaseca.
Hay un capítulo especialmente doloroso en que Ángela descubre a su papá con otra mina y suena de fondo Everybody Hurts, otro en que ella llora frente al espejo y le pide perdón a su mamá por no ser lo suficientemente bonita y para que vamos a hablar del capítulo en que su súper mejor amiga se acuesta con Catalano y todo el universo de Ángela se derrumba a pedacitos. La dura que estos capítulos me sacaron más de una lágrima y me regresaron de sopetón a mis 15 negros, bigotudos y desadaptados años.
Ahora, también hay un montón de momentos extraordinarios, que ya se los quisieran las series adolescentes actuales…mención honrosa para Ángela mirando a su madre en la mesa y pensando en actitud nostálgica que esa mujer alguna vez fue su mejor amiga y que hoy sólo puede pensar en apuñalarla, Jordan Catalano preguntando si la Metamorfosis es de verdad una historia de bichos y Rayanne quebrándose toda orgullosa porque fue elegida como “la Bitch-maraca- whore con mejor proyección de la escuela”.
Igual es bien extraño revisitar la adolescencia en formato gris oscuro, qué quieren que les diga, tantas horas consumiendo rubios almidonados y High School luminosas, me habían hecho olvidar mis años escolares “Daria Style” y esta serie me los trajo todititos de vuelta.
A los nostálgicos que quieran revisitar la historia y echarle sal a la herida sin cicatrizar de sus humillantes adolescencias, les recomiendo “My so called life”, está en Torrent y se ve con la misma emoción que a los 15, en 19 deliciosas cápsulas de 45 minutos capaces de transportarnos de regreso a nuestra incómoda, apestosa e incomprendida adolescencia.