Tengo que hacer un recuento de una noche que quedará grabada en mi vida.
Es como esos momentos que pertenecen a la “lista de cosas por hacer antes de morir”, así que “ver a Garbage en vivo” puede irse borrando. SÍ, YO ESTUVE ANOCHE AHÍ!.
Los esperé 16 años y valió la pena.
La primera vez que escuché a Garbage fue con “Stupid Girl”. Era una fiesta de matrimonio de gente “alternativa” (en años en que el “alternativismo” era realmente alternativo y no una tendencia) y yo por ser familiar directa del novio me encontraba allí. En plena etapa adolescente no me hacía ninguna gracia estar en ese lugar, pero de pronto, en medio de la niebla del aburrimiento comienza a sonar “Stupid Girl”. Me gustó de una manera no auditiva, es raro tratar de explicarlo, pero aparte de pensar “sí, me gusta como suena” podía hacerme experimentar otras sensaciones. Me pareció rara, oscura, cruda, intensa y dramática, cantada desde las vísceras. Garbage me atrapó.
A partir de ahí los seguí a lo largo de su carrera, pero en estilo “fans moderada”.
Recuerdo haber asistido a varias fiestas de la discoteque Blondie llamadas “Sensuality Fashion”, que tenía especiales de Garbage como los principales dentro de la fiesta. Solo por darme el gusto de escucharlos a todo parlante.
Sin haberme llegado a sentir un clon de Shirley Manson, puedo decir que tomaba ciertos aspectos de su look y los reinterpretaba en mi, solo ciertos giños de tributo y nada más (ya lo dije, “fans moderada”).
Hasta que llegó el día 15 de Octubre del año 2012 (sí, ayer) y yo me aprontaba a mi cita con Garbage, con una emoción como teniendo 5 años y esperando navidad, a vivir uno de los momentos mas esperados de mi vida.
Ayer fue como prepararme para una cita esperada por mucho tiempo, había elegido la ropa para la ocasión varias semanas antes y no sé si por los nervios, ansiedad o por Ley de Murphy, pero rompí 2 pantys cuando me vestía, que eran las pantys adecuadas para acompañar el vestido “inspiración Shirley Manson de los 90´s” con el que mi cuerpo esperaba conocer a Garbage. Así que tuve que abortar misión y ponerme lo que pillé más a mano.
Luego de una fila por la vereda de calle Coquimbo y Lingue, entramos al teatro Caupolicán a tomar ubicación en cancha a unos metros del escenario.
Una agradable presentación de la banda nacional Saiko para amenizar la espera, declarándose ellos mismos fans de Garbage (si Saiko tiene su “lista de cosas por hacer antes de morir”, seguro que “telonear a Garbage” lo borraron anoche de la lista).
Pasadas las 21:00 horas y con algunos minutos de tensa espera aparecen en escena. Como es lógico, Shirley es la última en salir al escenario y el público enloquece al verla aparecer. Recorre el escenario posando para las fotografías de los fanáticos y la prensa, con una actitud seria y teatral, muy propia de ella.
Vestía una blusa negra de lunares blancos con aires vintage, un hotpants negro de talle alto con un cierre dorado en la parte posterior, pantys tupidas satinadas de color negro, zapatos cerrados de tacón grueso, una capa de gasa en color rosa (que usó solo durante las primeras canciones), su pelirrojo cabello atado en un “tomate” perfecto sobre su cabeza, además de su clásico delineado negro en los ojos, en ambos brazos una muñequera y un accesorio como una codera también de color negro en el brazo derecho.
Abren el concierto con “Automatic Systematic Habit” y sigue “I Think I’m Paranoid”. En los primeros 10 minutos de concierto ya entendemos que será una mezcla de la promoción del nuevo disco“Not Your Kind Of People” y los éxitos de siempre para la fanaticada.
Luego de unas 4 canciones se cambia los glamorosos tacones por unas sencillas botas planas justo antes de tocar “Stupid Girl”.
Shirley recolectó y dejó sobre el escenario las pancartas de los fans que le dedicaron perlas como “Shirley fuck me” o “Shirley let me be your bad boy”, ella reía y daba las gracias constantemente, se disculpó por no saber español pero asegurando que nosotros sabíamos lo que quería decir su corazón. Uno de los asistentes le regaló una acertada boa de plumas de color rosa que ella dejó decorando el micrófono.
El teatro Caupolicán se remecía por completo con algún hit de los más clásicos como “Queer”, “I´m Only Happy When It Rains”, “Milk” (que fue exigido por los fanáticos) entre otras, y escuchaba con atención cada nueva canción que no conocían, pero que sonaba como si fuera una prolongación de los discos anteriores.
Las canciones que me faltaron en el concierto fueron “Androgyny”, sinceramente no puedo creer que no la tocaran, fue un himno en su tiempo. La otra que me faltó fue “The World Is Not Enough” tema principal de la película de James Bond del mismo nombre y que fue un exitazo.
Las que en vivo sonaron terrible fueron “Number one crush” (mi favorita) y “Cup of coffee”, me quedo con la versiones de estudio.
La que sonó magistral fue “Cherry Lips” con samplers y todo y no sé si por nostalgia o que pero “Stupid Girl” fue el cielo.
Otra cosa que quise ver y no ocurrió, es que al parecer mi Shirley Manson es menos diva de lo que yo creía y no realizó ningún cambio de vestuario, exceptuando el cambio de calzado, pero que lo hizo a un costado de la batería, así de simple, no hubo nada más. Hubiese querido que me regalara un par de inspiraciones para mis próximas “pintas” así como lo hacía en los lejanos 90´s.
Garbage nos ha presentado un disco que sin duda es para agradar al fans y no a la crítica, porque no escuché nada nuevo, solo a mi Garbage de siempre, el de hace 16 años en esa fiesta de matrimonio. Fueron los mismos sonidos, la misma voz, lo que todos esperamos por años. No se reinventaron, no evolucionaron ni un poco desde sus últimas creaciones conocidas, se congelaron en el tiempo y yo lo agradezco. Quise revivir momentos con su música y lo lograron. Además este nuevo disco vuelve bajo el alero de la compañía discográfica creada por ellos mismos, para mantenerse auténticos, hacer lo que les da la gana y no lo que exigen los contratos con grandes compañías. No sé que opinará la crítica especializada o cuales eran las expectativas de la industria con este regreso, lo que es nosotros, los fans de toda la vida, llenamos un Caupolicán y eso es todo lo que importa. Gracias Garbage por mantenerse fiel al origen y por darnos casi 2 horas de espectáculo de los que esperábamos ver, nuestro Garbage de siempre.
Para lo que se lo perdieron acá un aporte de @mr.Flan del concierto
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Stupid girl
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Imágenes pertenecen a: Matías Delacroix / Terra terra.cl