Drama Queen: Madre que no humilla no es madre

Estamos a días de celebrar el día de la persona más hermosa del planeta. Quienes tenemos la suerte de tenerla junto a nosotras podremos ir este domingo a regalonearla como corresponde. Algunos incluso, harán el esfuerzo por «portarse» bien con ella y quizás se dignen a lavar los platos del almuerzo. Hablamos de las madres, mamás, mamis o mamacitas (en algunos casos bien remotos), como quieran llamarla.

En este día, recordamos que gracias a ellas somos lo que somos y que su amor incondicional no tiene precio.
Son lindas, buenas, una cuenta con ellas para todo,  porque mientras los años lo permitan, siempre estarán con nosotras para darnos su amor.

Pero hay un detalle de toda madre que no puede faltar: la capacidad innata que tienen de avergonzarnos.

Cuando niñas nos iban a dejar al colegio, un acto muy normal hasta que… todos tus amiguitos llegaban junto a sus madres. Ahí, en ese momento, venía su «ataque de amor» y mencionaba que te hiciste pipí la noche anterior porque te dio miedo ir al baño después de ver «Chucky el muñeco diabólico«. En ese momento te sientes humillada.

Más pre adolescente se le ocurre mencionar a TODOS que ya eres «una mujercita», que ya te llegó tu periodo y que fueros tan chistosos tus errores de primeriza… En ese momento te sientes humillada.

Para los hombres es lo mismo. Les cuenta a todos como amanecen sus sabanas almidonadas.  ¡Humillación publica!

Una cree que cuando creces tu madre será más «ubicada», pero no, se le agudiza ese «don». Insiste en  mostrar tus fotos piluchita de bebé, las que salías usando bucaneras, les cuenta a todos sobre tus defectos, te «tira palos» para que cooperes con plata en la casa, un sin fin de cosas. La premisa es que haya gente escuchando, para que se ría o le encuentre la razón… En fin, te sientes humillada.

En resumen, las madres son lo mejor del planeta, pero simplemente si no te avergüenza de alguna forma es porque probablemente seas adoptada. No sabemos las razones, quizás se están vengando del universo por lo que nuestras abuelas les hicieron pasar, ¿Quién sabe? Lo único claro acá es que MADRE QUE NO HUMILLA NO ES MADRE, así de simple.

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