Durante la noche el cuerpo desarrolla diversas acciones que le permiten recuperarse de las agresiones que diariamente experimenta. Uno de estos es la catabolismo, “una aspiradora de células” que purifica y limpia los residuos internos que se acumulan en las células para ayudarlas a tener un mejor desempeño y a repararse con mayor eficiencia”.
Así lo demuestra el estudio clínico que tenía por objetivo descubrir el impacto que tiene la falta de sueño crónico en las funciones y apariencia de la piel, llegando a sorprendentes conclusiones acerca de la influencia que tiene la falta de sueño en la aparición de los primeros signos del envejecimiento.
Siempre lo supo Aurora
El catabolismo es un proceso natural de purificación que ayuda a las células de la piel a eliminar residuos internos que pueden llegar a provocar daño celular, ésta función es crítica para la vida de las células. Las agresiones ambientales, así como los procesos celulares diarios pueden generar residuos internos tales como daños en las proteínas y en la mitocondria. Estos son la fuente principal del daño celular interno y necesitan ser eliminados para que las células de la piel tengan un desempeño eficiente. Los científicos de Estée Lauder son de los primeros en comprender el rol primordial del catabolismo en los procesos naturales de reparación de la piel. Por esto, han investigado desde 2007 ésta nueva forma de purificación celular y determinaron que el catabolismo alcanza su punto máximo durante la noche. Con ésta investigación se refuerza que la purificación debe de estar sincronizada con el ritmo circadiano y que el momento adecuado para reparar la piel es durante la noche. Sin embargo, con la edad y con los daños ambientales, la eficiencia de éste proceso de reparación disminuye y pierde su sincronización. Como resultado, las células de la piel se saturan de residuos. Los radicales libres aumentan y la energía y reparación natural disminuyen, lo cual provoca daños al ADN. Se deteriora la función de las células de la piel y disminuye su capacidad de supervivencia.
Y es que el ritmo de vida que estamos llevando nos han restado horas de sueño. Por ejemplo, una mujer que trabaja pierde 10 horas de su vida dedicadas al trabajo y 2 horas viajando, la mitad del día, sin contar si tiene hijos, si hace algo de ejercicios y tiene algo de vida para compartir, ademas de enfrentarse a episodios de stress y a la contaminación ambiental. Osea, con suerte duerme, reflejándose no solo en el estado de animo, sino que también en la piel y sin un buen catabolismo es imposible lucir bien.
La piel tiene un ritmo circadiano que está sincronizado con todo el cuerpo – se repara durante la noche y se protege durante el día. Las células de la piel saludables maximizan la reparación natural durante la noche mediante respuestas de reparación perfectamente coordinadas en base al ciclo circadiano natural del cuerpo. La secuencia y los tiempos de estas respuestas son tan importantes que son sincronizados por una familia de genes específica, llamada genes reloj.
Cada célula contiene sus propios genes reloj, lo cual ayuda a cada célula a maximizar su propia reparación natural. Sin embargo, con la edad y con la exposición a las diferentes agresiones ambientales, los genes reloj pueden perder su sincronía, lo cual desacelera los procesos de reparación y protección celular y la reparación natural del ADN.
En la muestra se tomó a un universo de 60 mujeres de entre 30 a 49 años, donde fueron evaluados durante una consulta en el Centro del Sueño del Hospital. Los investigadores clasificaron a las participantes en dos grupos en base al Cuestionario de Índice de Calidad del Sueño de Pittsburgh (PSQI):
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30 personas con buen dormir: Individuos que reportan tener más de siete horas de sueño de buena calidad al menos por un mes previo al inicio del estudio.
- 30 personas con mal dormir: Individuos que reportan tener menos de cinco horas de sueño de mala calidad al menos por un mes previo al inicio del estudio.
Los investigadores del University Hospitals (UH) Case Medical Center, a lo largo de la investigación, fueron encontrando diferencias significativas en los signos del envejecimiento de la piel y en las funciones de respuesta entre los individuos con sueño de buena calidad versus aquellos con sueño de mala calidad:
Algunos de los resultados obtenidos fueron:
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Mayores signos de envejecimiento tales como líneas finas, pigmentación dispareja, piel colgada y reducción de elasticidad, se encuentran dos veces más en individuos con sueño de mala calidad que en individuos con sueño de buena calidad
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72 horas después de alterar la barrera de la piel, los individuos con sueño de mala calidad mostraron una tasa 30% más alta de pérdida de agua. Esto indica una recuperación más débil de las alteraciones a la barrera de la piel en los individuos con sueño de mala calidad.
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La recuperación de quemaduras por el sol fue más lenta en la piel de los individuos con sueño de mala calidad, lo cual sugiere que los daños en la piel son reparados con menor eficiencia.
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Los individuos con sueño de mala calidad tienden a mostrar una menor respuesta sensorial de la piel.
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Los individuos con sueño de buena calidad están más satisfechos en varios rubros de la apariencia de su piel.
Por primera vez éste innovador estudio, realizado por de la marca de cosméticos de lujo Estée Lauder, en colaboración con University Hospitals (UH) Case Medical Center, muestra que la falta de sueño crónico acelera los signos de envejecimiento en la piel y además, reduce la velocidad de los procesos naturales de reparación de ésta.
En conclusión, los datos demuestran los siguientes resultados:
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Aceleración en la aparición de líneas finas
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Mayor vulnerabilidad a tener la piel deshidratada debido a que la piel tiene la barrera más dañada
- Tono de piel irregular
¡Por fin una excusa para quedarnos durmiendo hasta tarde!