Samsung, junto con Google y Qualcomm, presentó el Galaxy XR, un casco que combina realidad extendida (XR) con inteligencia artificial multimodal, o sea, una tecnología que ve, escucha y entiende como tú. Pero no desde ese lugar de “máquina que obedece órdenes”, sino más bien como un compañero digital que empieza a actuar casi como otro sentido humano.

La presentación en Corea marca el inicio de lo que llaman el ecosistema Android XR, una nueva categoría que mezcla lo mejor del mundo móvil con experiencias inmersivas. En cristiano: un dispositivo que te permite trabajar, jugar o explorar el mundo de una forma en la que ya no hay pantalla, porque tú estás dentro de ella.
Imagínate esto: te pones el casco, y sin moverte del sillón, ves tu escritorio flotando frente a ti, tus correos abiertos, tus mapas proyectados en el aire y hasta tu serie favorita en una pantalla gigante que no existe, pero se siente más real que el televisor. Esa es la promesa de Galaxy XR.
Qué tiene dentro ese “casco de otro planeta”
Debajo de ese diseño ergonómico (y sorprendentemente ligero para todo lo que hace) hay una mezcla potente:
- El cerebro es un chip Snapdragon XR2+ Gen 2, creado por Qualcomm, que le da el poder de procesar gráficos en 3D, rastrear tus movimientos, reconocer tu entorno y ejecutar la IA sin latencia.
- La pantalla Micro-OLED alcanza una resolución 4K por ojo, con una nitidez que te hace olvidar que estás viendo una proyección.
- Y lo que más llama la atención: la IA multimodal, desarrollada junto con Google, integrada desde el sistema base —es decir, no es un asistente que responde a comandos, sino una inteligencia que interpreta contexto, voz, gestos y mirada para responder de forma más natural.
En términos simples: el Galaxy XR puede ver lo que ves, escuchar lo que oyes y reaccionar como si fuera una persona contigo. Si miras una planta y preguntas “¿qué es eso?”, te responde. Si estás viendo un video en YouTube y preguntas quién canta, te lo dice. Si estás perdido en un mapa, te guía con flechas flotando frente a ti.

Todo eso, gracias a Gemini, el modelo de inteligencia artificial de Google, integrado directamente en Android XR, la nueva plataforma sobre la que corre este sistema operativo diseñado específicamente para dispositivos de realidad extendida.
La alianza detrás del invento
Samsung no está sola en esto. Google aporta el cerebro digital (Gemini y Android XR), y Qualcomm, la potencia de hardware. Esa mezcla significa que cualquier aplicación que hoy usas en Android podría adaptarse fácilmente al nuevo entorno.
Y como la plataforma está construida sobre estándares abiertos como OpenXR, los desarrolladores podrán crear experiencias sin quedar atados a un ecosistema cerrado, algo que podría marcar una diferencia frente a los visores de Apple o Meta.
En teoría, podrías usar tus apps de siempre —como Google Maps o YouTube— pero dentro de un espacio tridimensional. Y no solo ver el mapa: podrías caminar virtualmente por una ciudad, pedirle a Gemini que te recomiende un restaurante cercano y entrar para ver el menú en 3D.
Cómo se sentiría vivir con un Galaxy XR
Más allá de lo técnico, lo que realmente impresiona es imaginar cómo esto cambia la manera en que interactuamos con la tecnología.
Por ejemplo, trabajar. Hoy muchos pasamos horas frente a pantallas; con el XR, podrías tener múltiples monitores flotando, ver documentos, reuniones y chats en tu campo visual, sin necesidad de pantallas físicas.

En entretenimiento, la promesa es igual de atractiva: ver tus series o partidos en una pantalla que parece de cine, o incluso ver varios juegos deportivos al mismo tiempo como si estuvieras en el estadio.
Y si eres de los que disfrutan crear contenido, el Galaxy XR puede espacializar fotos y videos 2D a 3D, lo que básicamente convierte tus recuerdos planos en escenas vivas que puedes recorrer con la cabeza.
También hay un guiño al mundo profesional: Samsung ya está trabajando con empresas como Samsung Heavy Industries para usar estos cascos en entrenamientos virtuales. Imagínate aprender a manejar maquinaria pesada o practicar cirugía sin poner a nadie en riesgo, en entornos completamente simulados pero realistas.
El diseño también cuenta
Un detalle que me encantó es que Samsung se preocupó de algo que muchos visores olvidan: la comodidad.
El Galaxy XR pesa unos 545 gramos (sin la batería, que va aparte), lo que distribuye mejor el peso en la cabeza. Además, trae un protector de luz desmontable, para elegir entre aislarte del mundo o dejar que entre la luz si prefieres algo más mixto.
Y sí, también pensaron en quienes usan lentes: hay insertos ópticos graduados disponibles.
En audio, incluye seis micrófonos y parlantes estéreo con Dolby Atmos, diseñados para que el sonido se mueva contigo, y un sistema de reconocimiento de iris que reemplaza la típica contraseña. Es decir, literalmente desbloqueas el casco con la mirada.
No es magia, pero se siente cerca
Por supuesto, no todo es perfecto: la autonomía ronda las 2 a 2,5 horas, algo que aún limita las sesiones largas, y todavía falta ver cómo se integran las aplicaciones de terceros. Pero lo interesante es que ya no se siente como un prototipo futurista, sino como el inicio de una nueva forma de usar la tecnología.
Samsung también adelantó que este es solo el comienzo. Están desarrollando anteojos con IA en colaboración con marcas como Gentle Monster y Warby Parker, combinando diseño con funciones inteligentes. Así que sí, el futuro puede que no sean cascos gigantes, sino lentes con estilo que te ayuden a trabajar, traducir, buscar o simplemente disfrutar del mundo con otra capa de información encima.
La sensación que deja este anuncio es esa mezcla de asombro y vértigo que sentimos cuando el smartphone comenzó a reemplazar todo: la cámara, el reloj, el reproductor de música. El Galaxy XR apunta a hacer lo mismo con la realidad misma: expandirla.
Ahora la gran pregunta es:
¿Estamos listos para vivir en un mundo donde la realidad se mezcla con lo digital de manera tan natural que ya no sepamos cuál es cuál?