Hace poco más de un año, Jeremy Scott, el director creativo de Moschino, revolucionó el mundo de las fragancias con FRESH, un perfume chispeante, dulcemente cítrico que se presentaba en un diseño fuera de lugar: como un limpiavidrios.
Causó revuelo, como lo ha hecho siempre. Jeremy Scott es conocido por sus diseños rupturistas y POP y esta vez quiso hacer lo mismo que viene haciendo hace años: tomar objetos comunes y darles el «estatus de objetos de deseo».
Con el perfume Fresh la historia es tan «Cenicienta», un frasco de limpiador ahora es contenedor de un perfume deseado por muchas.
Hubo gente que amó la propuesta, muy Pop Art, y otros la odiaron. Algo muy esperado. Hubieron comentarios muy rebuscados que acusaban al perfume de «machista», pero se desentendieron de ese argumento por lo rebuscado y porque nunca formó parte del concepto.
Hoy ya se puede comprar la nueva versión Moschino Pink Fresh Couture, que juega con las notas altas o de salida de pomelo rosado, lirio del valle y grosella negra. El corazón de la fragancia aparece el jacinto rosado, la granada y la rosa. Y las notas de base contiene el ambroxán, el cedro y el almizcle.
Personalmente me gusta este frasco y su fragancia dulce, a mi me quedan más altas las notas de rosa. Siento que sí es un objeto de deseo, un diseño rupturista, que causa polémica como el POP ART y me encanta que no sea lo que parece ser. Una buena idea de J. Scott.