Durante casi dos décadas seguí a la banda británica BLUR hasta que por fin los vi el pasado 7 de noviembre del 2013.
Sí, llegó un poco tarde la nota, pero es que sólo un fanático «de algo» puede entender que necesité un tiempo para asimilar el hecho de que por fin logré ver en vivo a una de mis bandas favoritas.
Siempre he pensado que quienes no sienten una devoción por una banda, un director, una peli, un libro, un deporte, un juego, lo que sea, lo que sea, son un poco fomes y probablemente son de esos apocalípticos que no entienden la pasión que se despiertan en nosotros, como la pasión de una niña que acampa fuera del estadio para ver a su artista favorito.
Es un ser fome, porque el «fome» no razona que los adolescentes en general son ultra apasionados y extremos, que si les gusta algo, lo amaran hasta con la medula y si no encuentran un ticket para el concierto es obvio que lloraran…
Por cierto, que hablando de conciertos, recientemente descubrí que en algunos sites como Cupon.cl se pueden conseguir boletos a un precio algo más reducido. Y a veces no resulta sencillo enterarnos de toooodos los eventos que tienen lugar en nuestra ciudad pero Internet se ha convertido en un gran aliado para estar al día de todo lo que nos interesa.
Claro, eso es de adolescentes y a algunos nunca se les pasa como a otros si. En mi caso hace muuucho que pasó esa etapa y yo pensé que no me pondría hiperventilada ni histérica ahora, pero me equivoqué, en mi se despertaron todas las emociones absurdas de una adolescente que grita tan solo porque pudo ver el nuevo videoclip de su banda en la tele (les pasó). Me emocioné tanto que creí que lloraría, porque claro, esta banda me gustaba tanto que incluso fui miembro de un fanclub cuando tenía 14-15 y 16 años (tres años pertenecí a Bluradicttion), tenía todos los discos y singles que compraba en la disquería Funtrack a $5900, cuando se ubicaba en el Paseo las Palmas, tan solo por escuchar 1 o más lados B que traía. Para que mencionar mis recorridos por el centro buscando de Kiosko en kiosko una edición nueva de la revista «BRAVO» y ver si aparecían en ellas estos británicos.
Si, era fan fan de verdad y les agradezco (a Blur) porque lo poco que sé de inglés es gracias a ellos que me enseñaron a pronunciar, leer y escribir mientras cantaba, leía y traducía las canciones.
Cuando ellos iban a venir a Chile y no lo hicieron, fue el peor sufrimiento que pudieran hacerme, porque era menor de edad y aunque quisiera viajar a verlos, jamás me hubiesen dado permiso… más encima después se separaron, asi que ni siendo mayor de edad podía viajar a Japón o Moscú para encontrármelos. Pero todo eso quedó atrás.
Los tipos se reunieron, pude confirmar que en vivo son geniales y por fin pude saldar la deuda que tenía con la adolescente que fui y que no pudo verlos en vivo los años en que la pubertad me invadió sin perdón y que si hubiese podido, hubiese ido hasta el aeropuerto a buscarlos (quise ir igual, pero mi horario de trabajo me lo impidió).
Fui al hotel, pero no como una adolescente que grita y persigue autos con el banderín colgando (ojo que respeto a esos adolescentes, porque igual la pasan bien «peluseando»), sino que fui al bar, consumí mi trago, un picoteo, hasta bebí champagne con las amigas, otras fans que estaban en la misma «parada» que yo, celebrando el momento, ese momento de nosotras… y los vimos a todos de cerca. Damon andaba «divo que le brilla el diente «di’oro» así que no accedió a fotografiarse, pero Alex fue un amor… esa era una deuda de adolescente que merecía saldar.
Pero ante todo, lo mas importante, fue verlos en vivo. Una banda no es buena hasta que no los escuchas en vivo y sientes la energía mientras todos corean las canciones… hoy puedo decir que Blur son lo mejor del «mundo mundial de la tierra». Estoy tan emocionada hasta el día de hoy, que este post es mi primera reacción después de verlos.
¿Me entienden un poquito?