Los “skincare kids”: cuando el juego se convierte en rutina de belleza

No sé si a ti también te ha pasado, pero últimamente me salen por todos lados videos de niños mostrando sus rutinas de skincare. Y ojo, no hablo solo de adolescentes con acné: hablo de niños de 8, 9 o 10 años que se aplican tónicos, serums y cremas antiarrugas como si fuera algo normal. Y sí, lo entiendo: muchas veces lo hacen imitando lo que ven. Pero no deja de preocuparme que se esté instalando una idea peligrosa: que una piel sin arrugas ni “poros visibles” es una meta desde la infancia.

Aquí es donde quiero dejar algo claro: el problema no son necesariamente los activos en sí, sino la necesidad inexistente que se está creando. El skincare está hecho para tratar o prevenir condiciones específicas de la piel, y eso requiere conocer su fisiología. En los niños, la piel todavía está en desarrollo: su barrera cutánea es más delgada, pierde agua con más facilidad y es mucho más sensible a los irritantes. Usar retinoides, ácidos exfoliantes o concentraciones altas de activos en piel infantil puede alterar esa barrera protectora. Resultado: piel irritada, descamación, dermatitis o incluso sensibilización a largo plazo.

Y lo más delicado: estamos viendo niños que ya le temen a arrugarse. Que creen que su valor depende de una piel “perfecta”. Y eso no es skincare, es ansiedad estética.

Lo que me empujó a escribir esto es una noticia reciente: la actriz Shay Mitchell lanzó una línea de skincare para niños llamada rini —pensada para edades tan pequeñas como cuatro años— y la reacción en redes sociales fue de rechazo masivo. Muchos fans y críticos la acusan de promover rutinas de belleza para infantes, de adelantar preocupaciones que deberían llegar mucho más tarde, argumentando que los niños deberían estar jugando, no en frente del espejo con mascarillas faciales. Pero ojo: también hay otro lado de la moneda. La marca afirma que sus fórmulas fueron creadas con química pediátrica, regulaciones rigurosas y destinados a ser “seguros y suaves” para pieles jóvenes.

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Entonces, “¿qué hacemos con esto?”:

Mi opinión sincera:
– Sí, podría ser que los productos de rini estén bien formulados para niños. No lo pongo en duda a priori.
– Pero lo que me preocupa es el mensaje cultural que transmite: que los niños necesitan skincare, como si existiera un problema estético que salvar desde ya.
– A esa edad, lo que deberían hacer es jugar, ensuciarse, reír, correr, y exponerse al sol (con protección solar, claro) sin culpa ni rutina de adultos.
– Cuidar la piel sí: limpieza suave, buena hidratación, protector solar. Pero no complicarse con activos potentes, rutinas “anti-edad” o mascarillas porque “los poros se ven”. Esa es una carga que no debería caer tan temprano.

Así que más allá de criticar marcas, mi reflexión es: estamos empujando a la infancia a entrar en un mundo que debería llegar mucho más tarde. A los 8 años deberían estar llenos de tierra, pintura y protector solar porque salieron a jugar, no con miedo a que su piel envejezca.

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