Nacieron en Japón en los años 90 y su boom llegó el 2007 en Estados Unidos. Hoy las Tiny House, o casas modulares, se consolidan en el panorama nacional como una alternativa viable para vivir fuera de las ciudades, en un espacio reducido y cercano a la naturaleza, un hábito que se afianzó en los chilenos producto de la pandemia.
Según un estudio de Marzo de este año, realizado por la plataforma de arriendos Tango Chile, el 42% de las personas busca departamentos de un dormitorio y un baño, es decir el nuevo arrendatario busca menos metros cuadrados ¿el motivo? Los elevados costos y lo complejo de los créditos hipotecarios.
Frente a esta realidad económica sumado a las ganas de vivir una vida más simple y conectados con la naturaleza, es que surgen las Tiny House “es un movimiento social que promueve reducir en un gran porcentaje el espacio construido en el que vivimos. La propuesta arquitectónica de estas “casas-diminutas” va desde los 32 m2 llegando a un máximo de 55 m2”, según nos explica el Arquitecto de la Universidad de Valparaíso Vicente Arce.
Y es que producto de la pandemia las personas comenzaron a buscar una reducción de costos, mantener grandes casas se volvió cada vez más complejo, el ruido de la ciudad se transformó en el peor gatillante para enfermedades mentales. “Con la pandemia hubo un cambio radical en cuanto a hábitos, la gente se dio cuenta que podían trabajar desde su casa o su segunda vivienda en algunos casos. Algunos clientes no podían esperar seis meses para diseñar una casa en su parcela, a la orilla del lago o mirando el mar. Entonces nos dimos cuenta que había que inventar un producto pequeño, cómodo, de fácil manutención y de rápida construcción ¡las Tiny House!”, señala el Arquitecto.
Lo interesante de esta propuesta es que la funcionalidad de estas viviendas va acompañada de un costo menor al de un “hogar tradicional” y sin hipotecar el estilo, al menos ese es el sello de Vicente quien se especializó en Tiny-House con detalles de calidad “nuestros diseños son de un alto estándar en cuanto a terminaciones y calidad de materiales. Nuestras casas pequeñas son productos modulares, se pueden trasladar a donde el cliente lo requiera y autosustentables… Además de ser una casa resuelta en cuanto a eficiencia energética.”
Los beneficios comodidad-espacio son múltiples habitando una Tiny House, así como también existe ganancia a nivel emocional, y esto lo explica la psicóloga y Directora de “ConSientemente Empresas” Isabel Huerta: “Cuando estamos en contacto con la naturaleza se activa la capacidad que tiene el cuerpo para lidiar con el estrés y para recuperarse de afecciones, de las enfermedades. Nos ayuda en la regulación emocional, en el manejo del estrés y también en la capacidad regenerativa que tiene el cuerpo para enfrentar situaciones difíciles.”
De esta forma se está dando un fenómeno que ya experimentó Japón, Estados Unidos y España, entre otros países, y que hoy empieza a avanzar en Chile, cuando las nuevas generaciones están en la búsqueda del minimalismo funcional al momento de apostar por el que será su futuro hogar.