Tipos de usuarios del transporte público

Todos los que usamos el transporte público, sea donde sea el lugar en que vivas, sabemos que existen una serie de «seres» que repiten en nuestros viajes. Esos viajeros que se notan más en los horarios «de punta» por su particular comportamiento. Quisimos describirlos para que reconozcamos a esos personajes que somos o vemos a diario y para que los turistas entiendan más o menos nuestro comportamiento.

Ahora, si eres de aquellos que no soportan encontrarse con estos personajes a diario, les recomendamos andar en bicicleta, serás más feliz.

Normal: Se sube, no molesta a nadie. Se baja sin hacer comentarios.

Atrasado/apurado: Este es el tipo de pasajero que mas se repite en nuestro servicio de transporte. Es el típico apurado que empuja a cuanta persona se le cruce. Esta tan atrasado que casi siempre Murphy le juega una mala pasada. Por ejemplo: el metro justo se atrasa, justo ese día alguna persona con baja de litio decide quitarse la vida en la hora punta y por eso todos deben bajar y usar la micro.
Este usuario se caracteriza por quejarse en voz alta TODO EL VIAJE, si la micro para o le da luz roja. Desagradable, pero lo más seguro es que todos nos hayamos convertido en este tipo de pasajero alguna vez.

El que no pesca: Clásico. Con audífonos escuchando su música, no mira a nadie. Si alguien se está quejando por algo o si algún vendedor se sube para ofrecer sus cachivaches, este ni se inmuta en prestar atención.

La señora de las bolsas: Ella es la que se cree con el derecho a sentarse, es por eso que cada vez que no encuentra «SU» lugar desocupado, se encarga de hacer la vida imposible a los afortunados que tienen el trasero reposando en «SU» asiento.
Se posiciona justo al lado del sentado y le pone las bolsas encima de la cara para que éste sienta su incomodidad y lo que es haber caminado todo el día cargando bolsas, que sepa bien que está quitando su lugar. Si ella no puede estar feliz, el sentado tampoco puede.

El que se hace el dormido: Este es el que simplemente está cansado(a) y no quiere sacar su lado caballero o lady.
No le quiere ceder el asiento a nadie, así que su técnica para no ser molestado por alguien o por su conciencia, cierra los ojos para evitar ver a quienes necesitan el lugar y a quienes con la mirada reprochan su actitud.

Adultos varios: Está lleno de ellos, pero no nos referimos a esos adultos respetuosos, si no que a esos… ¿cómo decirlo? Conservadores e involucionados (?).
Estos son los que si ven a un joven estudiante sentado, creen que no merecen ese privilegio y ellos «deben hacer justicia». Así que a la primera oportunidad que se presenta, les indican a estos usuarios que cedan el asiento a quien sea que se vea mayor que el chiquillo. Les da lo mismo si ellos están cansados o no, la idea es sacarlos de la comodidad, molestar.

Estudiantes: Se caracterizan por estar leyendo apuntes todo el tiempo o por andar con maquetas de sus trabajos. Estos últimos son quienes deben hacer malabares para que no se estropee su obra en el trayecto y obtener una buena calificación en el ítem de «oficio». Es traumante para estos porque no falta el ser irrespetuoso que entra al metro o micro y sin importarle empuja con todo su cuerpo, no al estudiante, sino que a su trabajo. En esta categoría la señora de las bolsas causa estragos con su «subida», sus bolsas son el terror, sobre todo cuando el contenido son cajas.

La embarazada: A las que tiene una guatita de 6 meses se les da el asiento sin pensarlo, obvio. Cargan con otro ser dentro de ellas, eso si que es meritorio, no como la señora de las bolsas que carga el peso solo un rato, la embarazada debe soportar el peso durante 9 meses. Todo bien hasta aquí, pero el problema acá es con las difíciles de distinguir su nivel de embarazo, porque puede ser que comió algo en descomposición y está hinchadita. Se nos complica la existencia en ese minuto porque cuando queremos dar el asiento no sabemos si se sentirá aliviada porque efectivamente está embarazada o se sentirá pésimo porque la estamos tratando de «gorda lechona«.

El viejo califa: Este señor es el que se pone en el pasillo ocupando todo es espacio para que cuando pase una mujer tenga que rozarlo. ¡Asqueroso! También se caracteriza por ir mirando descaradamente el trasero o loh pesho a las chicas dotadas de esa bendición. La hora punta es su favorita, sobretodo en el metro, porque va tan lleno que están todos pegados unos con otros, es aquí donde este hombre se ubica estratégicamente junto a las féminas y les corre mano de lo lindo, estas no se pueden quejar o a veces no se dan cuenta por el estado de colpaso del carro.

  • Hay chicas que piensan que la podrían estar toqueteando, pero le da una sacudida a sus malos pensamientos y deduce que la está rozando algún maletín o bolsa.
  • Hay otras que le paran el carro al despreciable y este se hace el que no entiende. De todas maneras queda avergonzado ante las miradas de los pasajeros.
  • Y en un caso muy remooooooooto hay damiselas que les encanta ser tocadas, se hacen las desentendidas y disfrutan.

El joven del celular: Este pasajero se caracteriza por su egocentrismo. Tiene su celular con música a todo volumen (por lo general escucha reggaeton) creyendo que lo que sus oídos digieren, es taaan bueno que todos deben escuchar su musiquita de celular, porque el lo impone. Un desagrado extremo!

El desesperado: Calificamos así a esos pasajeros que creen que si no están justo en las puertas del transporte se quedaran arriba por siempre y un alien podría devorarlos. Puede estar vacío el pasillo, pero el quiere estar en la puerta, como vigilando quien entra y quien sale. Es terrible porque estorba el paso.

Las cabras chicas gritonas: Todos las conocemos, son esas que gritan lo que hablan, las que «pegan los medios aullidos» y se rien de lo que sea, incluso del chiste mas fome, como si sus vidas dependieran de eso. Se caracterizan por su maquillaje, andan mas pintadas que muralla de población y con el chicle ahí, al borde de salir volando.

Los pinguinos masculinos pre-adolecentes: Son esos escolares que andan a empujones, nos enseñan todos los garabatos, modismos y palabrotas que NO conocíamos. Se gritan de lado a lado con apodos despectivos varios, se hacen bromas pesadas, como empujar a aquel que tienen de goma para que se baje en la estación equivocada o le agarran la mochila cuando deben bajar.

Los pololos ardientes: Son esas parejas que no notan que hay más gente a su alrededor, siempre están al máximo, agarrandose y besandose encima de TODO el mundo como si no se hubieran visto hace un año.

Los peleadores: Estos son los usuarios que creen que todo el mundo los ofende, así que apenas alguien los mira mas de 2 segundos a los ojos, estos reaccionan con violencia diciendo «Qué mirai huacho, te gusto acaso» o cosas por el estilo. También se cree que son seres pertenecientes al Club de la pelea, ese club clandestino dedicado a buscarse los combos solo por gusto a los golpes, por esa «sensación de libertad»… cuek!

Los hinchas: Cuando te cruzas en una estación de metro o bus que pasa cerca de un estadio en un día de clásico futbolístico te encontrarás con ellos… los hinchas que saltan y cantan, no hablamos de los lindos fanáticos del deporte, sino que de esos que gritan sus himnos de guerra en contra del equipo contrario, tratandose unos a otros como «zorras, madres, monjas, indios, bla, bla, bla» acompañado de insultos y garabatos compuestos ¡Sorprendentes! Sumado a los saltos y sacudidas en la pobre micro o metro Tagadá.

¿Pertenecen a alguno de estos grupos?

Ilustraciones por Maca Guillen: macaguillen.blogspot.com

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