Gustavo Norambuena Carbonell, director regional para Latinoamérica de Shinka Management.
En los últimos años hemos escuchado hablar sobre la importancia de la inclusión de mujeres en cualquier ámbito de la vida laboral, incluso en la minería. Si bien es cierto con el pasar de los años ha aumentado, recordemos que recién en 1996, es decir, hace 26 años fue derogado del Código del Trabajo la Ley N°18.620 que impedía a las mujeres desarrollar labores mineras subterráneas, ¿la razón? por leyes y creencias impuestas en la sociedad, como, por ejemplo, que “su presencia podría traer mala suerte a la actividad” o “hacer enojar a la mina”.
Según datos de la consultora Vantaz, al primer trimestre móvil de 2021, la minería empleaba a 213.950 personas. De las cuales 20.470 era mujeres, representando el 11,8% de la fuerza laboral de dicha industria. Por tanto, la participación femenina en la industria minera ha ido aumentando en los últimos años, en el año 2019 era de 8,4% y en 2011 de 6,3%.
Si bien es cierto podríamos catalogar como un buen logro para las mujeres el hecho de comenzar a formar parte de la industria minera, aún hay un largo camino por recorrer.
El problema es que este aumento en la participación laboral aún no es suficiente, ya que todavía existen procesos que no se encuentran adecuados para ser desarrollados por mujeres, no sólo por diferencias físicas entre ambos géneros, como la altura, sino que también en capacidad, partiendo por ejemplo por el equipamiento y los elementos de protección personal, es decir, contar con tamaños adecuados de guantes, vestuario y calzado. Además del hecho de la menor altura (promedio), es de extrema necesidad adaptar las herramientas y equipos para que así no exista un mayor riesgo o una dificultad o imposibilidad de ejecutarlo.
Ya sea en el diseño de una máquina, de un equipo o de los elementos de protección personal, la minería debe estar preparada para contar con la participación de mujeres dentro de sus faenas. Por lo tanto, a medida que las mujeres se incorporan a nuevos roles dentro de la minería, la forma en que se ejecutan estos procesos debe adaptarse logrando ser un rubro que a través de los años logró la implementación de mano de obra femenina y que luchó hasta conseguir una equidad dentro las faenas.
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