Recuerdo aquellos años cuando mis obsesiones no eran las notificaciones ni el orden y limpieza, sino que lo que me obsesionaba eran esas hermosas hojas de colores con los mas variados diseños, que con suerte rayé porque si no, perdían su valor en el mercado de pequeñas «dealers» escolares.
Se trataba de la colección de esquelas, que en aquellos años (muchos años atrás) se traficaban en los recreos y se conseguían en bazares, paqueterías y la mansión máxima: tienda Village, el paraíso de los lápices, gomas con formas hermosas, peluches, tarjetas, etc.
No tengo idea cómo me envicié con esas bellas hojas, solo sé que las quería todas, además que mientras más tenías, eras una dealer de peso, porque el funcionamiento para las pequeñas escolares, que gracias a las esquelas aprendían a negociar, consistía en intercambiar esquelas con otras coleccionistas, para incrementar el número e ir sumando diseños nuevos a las bolsitas transparentes de los álbumes de fotos, que eran donde uno exponía sus esquelas ordenadamente por tamaño. color y diseño.
Habían diseño de todo, Barbie, Mafalda, Garfield, Snoopy, Mickey, robots, niños con ojos grandes, animalitos, nubesillas, TODOOO. Recuerdo que un día se lanzó un álbum de láminas llamado «ME GUSTA», donde dos niñitos piluchos eran los protagonistas. No lo coleccioné ni me interesó, lo que codiciaba con locura eran unas mini esquelas con mini sobrecitos para enviar mini recaditos al niño que te gustaba y venían en un estuchito de plástico del tamaño perfecto.
¡Oh Dios! cómo los quería, era injusto porque las que lo poseían, era porque coleccionaban el álbum. Yo lo pedí, lo pedí, lo pedí, pero nunca me lo compraron, de hecho nunca me compraron esquelas ni nada, yo me los compraba con la plata que juntaba de esa colación que no me compré nunca porque prefería las esquelas (cabra chica adicta, me doy rabia ahora). Hasta que un día soleado y lleno de alegría, mi vecinita, que no estaba ni ahí con las esquelas pero que tenía el álbum de los niños en pelota, me mostró todos los set de mini esquelitas que tenía. Tenia todos los diseños, yo quedé loca, alucináh y emocionada de poder ver de cerca esas maravillas que solo conocía por los spots publicitarios que pasaban en la TV. Ella, mi vecinita, tan desprendida y más chica que yo, me regaló sus sets repetidos a cambio de nada. Fui tan feliz, ahora de grande nunca más vi a esa vecinita, pero de todas maneras aprovecho esta instancia para darle las gracias a la ROMINA, que me enseñó a no ser avara y dar (les juro que es verdad).
Con mis mini esquelitas ya me sentía pagada, me encantaba ordenar una y otra vez mis sets, salir al recreo era emocionante porque, daba lo mismo si conocías a alguna niña de otro curso o no, una conversaba con todas y hacía intercambios con quien tuviera esquelas.
Después de un tiempo, me cambié de colegio, donde no existía la «cultura esquela», así que, como no tenía con quién cambiar, se estancó mi colección y como ya no había un interés máximo en los recreos, más allá de jugar a las naciones o al pillarse, comencé a regalar mi colección.
No sé si alguna de ustedes aún tiene en el baúl de los recuerdos estas maravillas de paqueterías y bazares para ver una y otra vez, lo que sé es que eran hermosas y me encantaban porque me enseñaron a negociar, socializar y compartir… ¡me arrepiento de haberlas regalado!
¿Alguna historia que tengan nacidas de esta linda actividad?
fotos: http://arica.olx.cl/compro-esquelas-iid-189614014
http://www.flickr.com/photos/tags/esquelas/
http://cl.fotolog.com/de_culto_stgo/38209092/
Yo lo tenia y me lo robaron las laminas yo se quien me lo robo pero x esa parte ya no lo recuperare. y todo me gustaría recuperarlo pero que no cueste tanto ya que es antiguo. si es que lo vendes
Tienes el mini recadito podríamos remastetizarlo saludos