Cada vez salen modas que nos chocan, no impactan y muchas veces no entendemos cómo alguien es capaz de usar.
Pasó con la moda de las zapatillas con cuño: todas las odiaban, habían cientos de sitios condenando el modelo que profesaban horrible, pero después de ver a varias famosas con ellas, olvidaron su opinión y hoy las usan como si jamás las hubiesen odiado.
Pasó con los cut out-shoes: quien podría usar una zapato chala, deliberadamente cortado en cierta zonas, haciéndolo parecer una chala, pero sin dejar de ser un zapato «cerrado». Ideal para los mid-season en otros países, donde la primavera es primavera y hay días que se siente un poco de calor y frío a la vez. En Santiago eso no existe. Hay calor o frío, lo que convierte este modelo en un híbrido inservible porque es muy cerrado para temperaturas altas y muy abierto para temperaturas heladas. Lo cierto es que lo criticaron porque era «horrible», pero varias «it-girls» las usaron, bloggeras y famosas, así que el odio se fue al olvido y las adoptaron como el elemento de moda más codiciado del planeta.
Pasó con la chala bota, que aún hay muchos odiándolas pero que igual aman el modelo que les hizo Louboutin, y que no odian ni critican cuando es una Kardashian quien las usa.
Así que ahora que ya pasó al olvido un poco el odio a este modelo, muchas ya las han adoptado en su outfit del día a día.
Jelly shoes: el modelo parecido a las sandalias franciscanas que usaban monjas en sus recorridos misioneros. Las odiaban por ser toscas y cerradas, pero bastó que las hicieran de plástico con colores chic, las usara una famosa y hoy todas las quieren.
Las Uggs: hay quienes sostenían que eran horribles, aceptables solo como pantuflas, pero bastó que les mostraran fotos de la Jenifer Aniston o de la Gossip Girl para que las fuera aceptando de a poco, hasta que al día de hoy ya nadie las crítica.
Las Crocs: antes ni siquiera las hubiesen aceptado como regalo, la fusión de un sueco con la mascara de Jason en un material antitranspirante que nos recuerda la goma Eva, es parte de varios clósets. No se si aún están integradas al look del día a día, pero ya existe en el hogar de muchas que las rechazaban incluso como pantuflas.
Las creeepers: estos zapatos son de plataforma recta, de distintas alturas y colores que fueron acusadas de ser una mala copia de los zapatos de Frankenstein. Si bien son un modelo pesado a la vista, que no favorece siempre la proporción del cuerpo, se popularizaron y hoy la mayoría las usa.
Las plataformas, al igual que las creepers han sido criticadas por ser un modelo que se ve pesado, tosco y poco femenino, se instalaron como una alternativa más y ya nadie cuestiona si son o no «usa les».
Podría seguir con la lista sin parar, claramente hay chicas que mantienen su postura y cuando dicen que no les gusta algo, no hay nada que las haga cambiar de opinión, pero la moda es versatilidad también y creatividad, y hace rato las reglas quedaron en décadas pasadas, HOY LA ÚNICA REGLA ES QUE NO HAY REGLAS, todas pueden usar lo que quieran y jamás dejarse guiar por opiniones que aparecen como sentencias pero que rápidamente desaparecen cuando las favoritas de quien criticó o del público transgreden las normas y usan lo que quiere dándole una nueva mirada a las prendas, calzados y accesorios y recién ahí, la gente se da cuenta que sí podían quedar bien si se conocen, conocen la proporción de sus cuerpos y saben como potenciarse.
Así que más allá de asustarse con las Chala-tilla, que en lo personal no me gustan, deberían saber que no somos nadie para criticar quien las usa, menos sentenciar como regla prohibitoria su uso, lo único condenable en moda, es usar algo que no es consecuente con el estilo de quien las usa y, lo mas importante, usar cualquier cosa que no favorezca la proporción de los cuerpos. Además que como en todo orden de cosas, hay diseños que funcionan y otros no, como los que mostraron en la tele que se ven súper desproporcinal.
Créeme que si aparece a la Cara Delavingne o Kate Moss usando chala tilla, de seguro dirán que se ven bien porque ellas, a pesar de la diferencia de estaturas (una alta y la otra de estatura promedio), tienen un cuerpo proporcional, no se verán más chicas o con las piernas más gruesas de lo que son, porque se conocen y saben combinar las cosas con sus cuerpos. La idea es potenciarse, no seguir reglas.
Y ahí, todas las empezaran a usar…
Conocer su cuerpo, potenciar las prendas y calzados que hagan ver «bien» y cómodas, es lo único importante.
Da lo mismo lo que diga el mundo… un día algo encanta y otro día desencanta, como diría las fashionologas del programa. Si a ti te gusta, filo con lo que diga el resto, solo preocúpate de que el calzado en cuestión te ayude a ver mejor y no al revés.
Un poco de mal gusto es como una buena pizca de páprika. Todos necesitamos una pizca de mal gusto, es cálido, saludable, vital. Lo deberíamos usar más.
Diana Vreeland, ex editora de la revista Vogue.
