Es una pena para todos que hoy se pueda patentar cualquier cosa, incluso el gesto tan característico de futbolistas, modelos, gente normal, pokemones, instagramers, twitteros, facebookeros, y todos en realidad, como es el del corazón formado por las manos.
Google patentó el gesto para ser usado en sus lentes inteligentes, los Google Glass, con el objetivo de poner «me gusta» a los objetos reales que están siendo enfocados y enmarcados en el «corazón» con el Glass.
La idea es sumar acciones al comando de voz y que las personas que posean un Glass logren manejar el dispositivo con todo su cuerpo. Y es excelente que un gesto tan básico como este, se integre a los controles, pero de ahí a ¿patentarla?, es «como» mucho, especialmente si consideramos que las patentes son carísimas y que sólo las compañías «grandes» de desarrollo pueden costearlas.
¿Qué pasa con esos emprendedores que han estado creando gadgets a bajo costo como el Arduino, con código abierto, y que mucho antes habían incluido el gesto en su obra? Pierden si es que planeaban venderlo, a cambiarlo por otro no más.
Lo malo con esto de que Google patentó el corazón, es que no faltarán las otras compañías que patentaran cuanto gesto puedan, el «tirar besos», «levantar el dedo del medio», mover la cabeza horizontal y verticalmente, etc., que ya no quedará nada para los creativos de verdad, esos a los que las empresas grandes les copian o, en el mejor de los casos, les compran el proyecto a muy bajo costo y los venden después como obra propia ganando millones y millones de dolares.
Muy mal para los «idiotas» (con el respeto mínimo que merecen) que aprueban estas patentes. Claramente se llevan una tajada de dinero, porque es increíble que alguien con cordura pueda aprobar este tipo de peticiones a menos que los sobornen.
Aún no hay fecha para el lanzamiento oficial de los Google Glass, pero ya hay personas probando el gadget, aportando mejoras de funcionamiento y usabilidad.
Pato Yañez, es mejor que te apures en patentar el «pato yañez» antes que Google lo patente para poner «no me gusta».