“Si el virus cambió todo, la escuela no puede seguir igual”, citó hace un tiempo Francesco Tonucci, destacado pensador, psicopedagogo y dibujante italiano, autor de numerosos libros sobre el papel de los niños en el ecosistema urbano y de artículos en revistas extranjeras.
Y su reflexión tiene relación con la obligación que tienen las escuelas hoy de modernizarse y utilizar la tecnología a su favor, para enfrentar los cambios que trajo la pandemia y que hoy nos tiene con clases presenciales e híbridas en países como Chile y Perú.
Los últimos años han dejado al descubierto las grandes oportunidades que surgen de una crisis. La escuela ha sido una de las instituciones más resistentes a los cambios; sin embargo, la contingencia mundial obligó a todos los actores que participan en ella a reinventarse con el único objetivo de asegurar el derecho a la educación de calidad.
Considerando este nuevo escenario, los expertos de Beereaders, plataforma tecnológica que apoya la comprensión lectora, entregaron un decálogo del uso de las tecnología en este regreso a clases y su importancia para enfrentar los cambios y modernizar el aula:
- Contenidos en formatos flexibles: Lo único seguro es la incertidumbre. Es muy probable que la vuelta a clases presenciales tenga algunas interrupciones según el pulso de salud de cada país. Por ello, es necesario asegurar la continuidad de los contenidos, así que deberán presentarse en formatos que permitan adaptar nuestra planeación y práctica sin importar el contexto. Los materiales que tengan adaptabilidad para ser usados fuera y dentro de la escuela serán fundamentales.
- El estudiantado en el centro: El nuevo paradigma educativo implica poner en el centro a cada alumno con sus intereses y necesidades. Es fundamental motivar al estudiante por el tipo de actividades y materiales que usamos en nuestra práctica docente. Incluir tecnología, juegos y temáticas de interés es fundamental.
- Optimizar la presencialidad: Con el largo confinamiento quedó claro que la presencia es importante; aprovechemos al máximo los momentos con el grupo de estudiantes para aclarar dudas, hablar de lo que sentimos y pensamos, cuestionarnos, generar hipótesis y discusiones. Actividades de investigación, lectura de contenidos y repaso de lecciones quedan para la casa; con el uso de videos, blogs, libros digitales y aplicaciones podemos reforzar y optimizar el tiempo de clase.
- La tecnología complementa, no sustituye: La resistencia más frecuente al uso de la tecnología en la escuela tiene relación con mantener el paradigma educativo, en el cual el profesorado era la fuente de conocimiento. En ese sentido, muchos docentes se resisten a la incorporación de la tecnología por miedo a perder el control. A pesar de eso, los últimos tiempos demostraron que el profesorado es insustituible en el proceso educativo de cada estudiante.
- Capitalizar el avance en las habilidades digitales del cuerpo docente: Han pasado más de dos décadas del proceso de incorporación de la tecnología en la escuela; el espacio educativo había sido uno de los más conservadores en este ámbito. Sin embargo, el avance que el profesorado ha adquirido en sus habilidades digitales ha sido exponencial, así que es fundamental no echar por la borda el gran logro alcanzado en este corto tiempo. Dar continuidad al uso de las TIC es imprescindible para la profesionalización del equipo docente.
- Educamos para la vida y la tecnología es parte de ella: Nuestro deber como docentes es dotar al grupo de estudiantes de herramientas que les permitan enfrentar el mundo. Excluir la tecnología del entorno escolar no solo es crear una burbuja artificial, sino también limitar las capacidades cognitivas del alumno.
- Usar la tecnología para monitoreo y evaluación: En la modalidad presencial o híbrida será de suma importancia aprovechar el tiempo, prestar atención al rezago que presentarán algunos estudiantes. Aplicar y sistematizar exámenes y diagnósticos en papel nos lleva muchísimo tiempo. Con el uso de diversas aplicaciones, ese tiempo lo podemos optimizar con trabajo más significativo y personalizado para el alumno que lo requiera.
- La tecnología, el común denominador: Para los niños y niñas que iniciaron su primer año en el mundo escolar a distancia, la normalidad es empezar la clase conectándose a un dispositivo. A pesar de tener dos años en la vida escolar, para ellos el olor de los plumones, el sonido de la campana y el barullo de sus compañeros será algo totalmente nuevo. Sin embargo, hay algunos elementos que permanecen para asegurar ese puente entre la casa y la escuela: la tecnología.
- La tecnología para aprender, jugar, investigar y conectar con otros: En este tiempo de clases en línea, también aprendimos que la tecnología era lo contrario a una amenaza para la escuela y se trataba de una aliada. Conservemos el aspecto lúdico, práctico y comunicativo que nos ofrece y aprendamos de nuestros alumnos para sorprendernos al descubrir cómo enriquece nuestra práctica.
- La tecnología para fortalecer el vínculo con la familia: Otro de los aprendizajes que nos dejó el confinamiento, fue el trabajo en equipo con la familia para asegurar el aprendizaje de cada alumno. Este elemento es importante mantenerlo y la tecnología ofrece la posibilidad de conservar ese vínculo de manera efectiva.