Estamos acostumbradas a escuchar consejos cotidianos, incluso damos esos datos a otros para que mejoren algo que les aqueja, pero la verdad es que nos cuesta dejar de repetirlos, sabiendo que no es correcto…
No sé si les pasa a ustedes, pero a mi me cuesta «no hacer» varias cosas de la lista, a ver si coincidimos en varias:
1.- Aplicar tratamientos y acondicionadores para el cabello de «medios a puntas»: Se supone que no debes echarte bálsamo, acondicionador, cremas, ampollas, aceites, ni nada en la raíz, solo desde la mitad. Pero es tan complicado cumplir con este punto, sobretodo si eres una crespa que vive con el cabello seco y le trauma sentir que el cabello, desde el casco hasta la mitad, es como pajita.
Para mi es una tortura, además que me cuesta demasiado controlar que no se pase más arriba, así que termino aplicando en todo el pelo estos productos.
Se supone que no se debe aplicar ahí porque provocarás grasitud en el cabello.
2.- Cepillar los dientes suavemente: Para no colapsar la encía se recomienda cepillar con movimientos muy suaves los dientes.
La realidad es que para muchos la sensación de limpieza se logra restregando con máximo poder los dientes.
Personalmente me cuesta no ser «brusca» en este punto, porque de partida es una lata cepillarse los dientes, uno quiere terminar rápido el tramite, así que la «suavidad» no ayuda al apuro.
Acá podemos incluir un montón de cosas parecidas: cepillar el pelo, desmaquillar suavemente, quitarse el esmalte suavemente…
3.- Sacar sarro de los dientes con pinzas o cualquier herramienta que pareciera que sirva: Yo sé que si un dentista lee esto colapsa. Pero me es inevitable revisar constántemente mis dientes, y si bien soy brusca y apurona para lavarmelos, esto no significa que no me preocupe mantenerlos inmaculados. Por eso me es imposible no revisar los dientes inferiores en el espejo y ante cualquier rastro de sarro, tomo mi repujador de cutículas y comienzo a «limpiar».
Esto no debiéramos hacerlo porque fácilmente uno se pasa a llevar la encía y la rompe… pero dios que sueño con poseer uno de esos garfios miniatura que usan los dentistas.
4.- No mezclar químicos de limpieza: Se supone que algunos reaccionan con otros productos liberando gases que pueden hacernos desmayar, y en el caso del cloro líquido, incluso se puede llegar a quemar la cornea. Pero como una es porfiada, mezcla el cloro para desinfectar, con el Poet para dar rico aroma y unos chorritos de desengrasante para quitar todo y dejarlo inmaculado.
Me he salvado de intoxicación por esto gracias a que mi casa es amplia y abro todas las ventanas y puertas, pero la verdad es que sé de antemano que esto no se debe hacer.
5.- Pellizcar las espinillas: si lo hacemos podemos romper la epidermis y provocar heridas que se van manchando con el sol.
PERO, PEEEEROOOO, es casi imposible no notar y querer eliminar las espinillas y puntos negros cuando los vemos… Me cuesta demasiado evitarlo.
6.- Comer lento: esto ayuda al organismo a digerir y procesar correctamente los alimentos. Además de comer pausadamente debiéramos masticar las comidas unas 25 veces.
La realidad: no puedo comer lento con el poco tiempo de colación que se nos da además de que me da asquito masticar la comida tantas veces. Ese bolo alimenticio que se forma me provoca un rechazo espantoso.
7.- No ver TV/Smartphone justo antes de dormir: la idea es que los estímulos recibidos por estos gadget no nos provoquen mal dormir, lo ideal incluso es apagarlos. Pero la verdad es que si apago el celu la alarma no me suena y no me despertaría en la mañana para ir a trabajar o estudiar en el caso de varios. Y ¿quién no quiere echarle una última mirada a las redes sociales por si pasó algo?
¿Qué otra cosa nos falta agregar?